Hola a todos
Parece que hoy en día es más interesante para los poderes actuales fomentar el individualismo como forma o proósito de ser independientes económicamente hablando. Es curioso que se fomente la independencia individual y para nada la colectiva cuando ésta es precsamente la más beneficiosa para los indivíduos a nivel económico,político y social. Un Estado que ponderase la emancipación colectiva y los veraderos pricipios democráticos de libertad, igualdad y fraternidad no hubiera permitido el deterioro del país y las desigualdades inherentes, así como esta vulneración de los derechos ciudadanos flagrante como es el estado de alarma y confinamiento de la población
Sirva esta introducción como meollo del asunto que me trae a redactar este escrito: es muy habitual ver entre grandes empresas las UTE (unión temporal de empresas) a la hora de acometer un pedido, normalmente para opositar a un concurso público: a fin de optar a la contrata varias empresas se unen aportando cada una su especialización técnica y práctica y aumentar sus posibilidades de conseguir el contrato. Asímismo las ferreterías, farmacias, mercados de abastos por poner sólo unos ejemplos constituyen una cooperativa asociada jurídica que les permite obtener ventajas en compras colectivas, ampliando asi los márgenes comerciales y evitando así la multiplicidad de proveedores ya que la cooperativa realiza negociaciones colectivas con los proveedores a fin de obtener las mejores ventajas comerciales en pos de una mayor competitividad individual
Otro ejemplo a considerar son las compras colectivas de suministros básicos y carburantes promovidas por las asociaciones de consumidores como OCU o FACUA, aprovechando la fuerza colectiva de sus asociados como pretexto de conseguir mejores contratos energéticos donde los hogares individuales se beneficiarán
Si hay un sector que sufre como ninguno las crisis cíclicas es el nuestro, representante mayoritario del sector terciario o de servicios: los estrechos márgenes de benficio, los múltiples impuestos y tasas soportados, la estacionalidad y, últimamente, la competencia desleal de las panaderías degustación, eufemismo de bares encubiertos, y de potentes cadenas de supermercados que se han infiltrado en el mercado de la restauración contrasta con la nula respuesta de las administraciones para acotar el intrusuismo profesional a la restauración clásica; centenares de restaurantes y bares han cerrado por estas causas ajenas; también las ideas de negocio equivocadas o la poca o nula experiencia al abrir un negocio también son causa de cierre de una parte no desdeñable de los proyectos de nuestro ramo, aunque esto sucede en todos los sectores de la economía
En esta tesitura y teniendo en cuenta de que la actual crisis NO la ha motivado el COVID-19 sino que ésta se percibe desde hace casi siete meses atrás (el virus ha sido la puntilla a una situación socioeconómica en constante deterioro) podría considerarse la posibilidad de uniones cooperativas de restaurantes. Ha quedado demostrado que las empresas de componente social son las que mejor resisten las crisis prolongadas porque la unión de esfuerzos coordianada en decisiones vinculantes y democráticas posibilita el acompañamiento y monitoreo de las debilidades del colectivo y, por tanto, de las carencias individuales
Así, por tanto, y para no extenderme más sugiero trabajar esta idea, teniendo en cuenta de que nuestro país cuenta con un fuerte tejido cooperativo y social (a que personalmente estoy vinculado en múltiples iniciativas) coordinado en Federaciones y Confederaciones de Cooperativas de alcance autonómico y apoyado activamente por los gobiernos autonómicos respectivos como punto de partida en el asesoramiento y posibilidades prácticas de viabilidad e implementación